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Aston Martin y Sebastian Vettel, solo se vive dos veces

La mítica marca británica presenta el AMR21, el primer coche de F1 bajo la nueva dirección de la anterior Racing Point, con el que el piloto alemán aspira a reverdecer viejas glorias.

Antiguamente, en los albores de la Fórmula 1, los monoplazas tenían unos colores muy determinados en función de los países de los que provenían. El de Italia era el rojo (luego se mantuvo en los Ferrari), el de Francia era el azul (Alpine lo tiene en el de este año) y el verde o el blanco era para los británicos, que para eso son los que inventaron el tinglado. Ese color vuelve ahora con una de las marcas más legendarias de coches nacidos en el Reino Unido.

Aston Martin regresa al ‘paddock’ 60 años después como escudería propia por obra y gracia del canadiense Lawrence Stroll. El magnate compró el equipo Racing Point y, paralelamente, se hizo máximo accionista del legendario fabricante. Con su puesta de largo este miércoles, no han dejado lugar a la duda: quieren que destile orgullo británico. El AMR21 apareció tapado por la Union Jack, la bandera del país, y como maestra de ceremonias eligieron a la actriz Gemma Arterton, nacida en pleno condado de Kent. No es una elección casual tampoco: Arterton apareció como una de las chicas Bond en los últimos años, cuando fue Strawberry Fields en la película ‘Quantum of Solace’.

Y es que el agente secreto más famoso del mundo fue una constante en la presentación. El mismísimo Daniel Craig, el último actor en encarnarlo, les dejó un vídeo de saludo. No en vano, el reto que tienen en Aston Martin es digno del legendario espía: convertirse en la referencia con permiso de Mercedes. Para ello, qué mejor que usar un Mercedes.

Del ‘Pink Mercedes’ al ‘Vercedes’

Sebastian Vettel, que no se quitó la gorra en la presentación posiblemente para ocultar su nueva situación capilar, y Lance Stroll, el hijo del dueño, mostraron al mundo un monoplaza que no pierde su esencia. Pese a que el verde ocupa el lugar del vistoso rosa (que no desaparece del todo por obra y gracia de la renovación ‘in extremis’ con la marca de agua BTW), el AMR21 tiene una similitud técnica más que notable con el W11 de Mercedes y, por tanto, con el W12. Quizá lo más visible es el morro, con una ‘boca’ ancha casi igual que la del monoplaza de los campeones.

Queda por ver si este parecido más que razonable no les trae problemas como en 2020, aunque al final no se tradujo en una sanción especialmente dura. Lo que está claro es que tanto Stroll como sobre todo Vettel apuntan muy alto. Para el tetracampeón, la llegada a Aston Martin supone una aventura y una moneda al aire, después de su fracasado paso por Ferrari de la que salió con el rabo entre las piernas.

«Es un capítulo nuevo para mí y también para el equipo, así que hay muchas cosas que compartimos. Ambas partes somos muy ambiciosas», afirmó. «Como piloto, siempre he estado atento a la competencia y este equipo me ha impresionado constantemente con lo que han podido hacer sin contar con un presupuesto demasiado alto. Por eso, cuando Lawrence [Stroll] y Otmar [Szafnauer] se me acercaron el año pasado y me explicaron cuáles eran sus ambiciones, inmediatamente me sentí muy motivado para unirme al equipo», afirmó el alemán.

A su lado tendrá a un Stroll que no se quita de encima la losa de sus propias actuaciones. Pese a ser uno de los pocos en evitar el pleno de ‘poles’ en 2020 de Mercedes, tiene más sombras que luces. Ahora tendrá a todo un tetracampeón del mundo a su lado, pero tiene a su favor un mayor conocimiento del equipo e ingenieros. Además de ser el hijo del dueño, claro. «Va a ser mi tercera temporada aquí trabajando con este gran grupo de personas, y esa estabilidad es lo que necesitas como piloto. Estoy en casa aquí y ahora he construido esas relaciones sólidas con el equipo. Todo eso marca la diferencia cuando competimos por esas últimas décimas de segundo. Se trata de saber exactamente lo que necesita y cómo trabajar con el equipo para optimizar realmente el rendimiento», analizó.

Los objetivos de Aston Martin serán, a corto plazo, asentarse como primero de los demás. Con Mercedes presumiblemente inalcanzable, todo lo que no sea estar en la zona de podio de manera constante será un fracaso para ellos.