Hace 35 años, la Selección Mexicana jugó el tan ansiado y famoso quinto partido en la Copa del Mundo; desde aquel 21 de junio de 1986 en la justa celebrada en México, llegar a Cuartos de Final ha sido sólo un sueño. El Estadio Universitario fue la casa del equipo tricolor en esa instancia del Mundial México 86, y el rival fue la potencia de Alemania Occidental. Previo a ese partido, la afición regiomontana se volcó a conseguir el boleto a las taquillas de Ciudad Universitaria para estar presente en el encuentro histórico. El equipo mexicano llegaba con una inmejorable oportunidad de ser Semifinalista por primera vez en un certamen de esta índole, tras haber sido líder e invicto de su Grupo y superar a Bulgaria en Octavos de Final.
El número 12 fue la afición regia quien vivió e hizo su partido al máximo en las tribunas, ahí nació la Ola en las gradas del Volcán con sus cánticos de apoyo al Tricolor. Alemania era dirigido por la leyenda alemana Franz Beckenbauer y entre sus figuras brillaban el portero Harald Schumacher, los defensas Lothar Mathäus y Andreas Brehme, además de los atacantes Karl-Heinz Rummenigge, y Rudi Völler, entre otros. El encuentro se extendió sin goles y sin llegadas claras a las porterías; México parecía encontrar una ventaja, cuando Thomas Berthold fue expulsado por agredir a Fernando Quirarte, dejando al rival con inferioridad. Las butacas con sus aficionados retumbaron al gritó de “sacaremos al Abuelo de la banca”, y Bora Milutinovic se animó a buscar el gol y mandó al campo a Francisco Javier Cruz, ídolo del momento del futbol mexicano. En su primer balón, el delantero del Monterrey se encontró un rebote en un tiro de esquina y de media vuelta metió el gol, pero el árbitro colombiano, Jesús Díaz Palacios, marcó la jugada anulada por una supuesta falta previa de Raúl Servín.